El valor creciente de los metales y la recuperación económica

Metales en auge. Durante el año 2020, el precio del oro marcó niveles históricos, ya que se convirtió en una alternativa sin precedentes en medio de una crisis económica que se produjo ante la aparición de la pandemia.

Esto desarrolló un incremento en la producción y explotación de los metales industriales. Uno de ellos es el paladio, que llego alcanzar sus más elevados precios, al igual que el platino, que ha tocado niveles realmente sorprendentes en cuanto a su coste.

Glosario del contenido del artículo:

• Posición de los analistas
• El cambio de la oferta y la demanda
• Automóviles eléctricos
• El encuentro del Rodio y el Iridio

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Pero el más destacado de ellos ha sido el crecimiento desbordado del valor del cobre, que ha obtenido una revalorización de un 25%, colocándose en un máximo sin precedentes.

Posición de los analistas

Los analistas dedicados al estudio de esta evolución alcista que, por paradoja, afecta a algunos metales como el hierro y el níquel, partiendo desde las perspectivas de lo que significa la recuperación económica y, a su vez, la transición energética, emiten sus apreciaciones

Según ellos, la evolución de la vacunación y la supuesta cercanía de regreso a la normalidad, demuestran que el nivel económico ha tenido un aumento del gasto en países como el Reino Unido y Estados Unidos, muy desmesurado.

Para estas personas, la recuperación económica se está llevando a cabo en forma de “V”, esto significa que va más rápido de lo que se esperaba, lo que ha producido la búsqueda de exposición a un ciclo más tentativo, como los son los metales industriales.

Explican en este sentido, la correlación que poseen los metales con el comercio internacional y su acelerada recuperación, ya que, según ellos, han logrado retornar a los niveles pre-Covid, contrarrestando en gran medida lo ocurrido en esta crisis generada por la pandemia.

De acuerdo a lo expresado, el resultado vendría siendo un aumento de la demanda, que deriva del desnivel producido en la balanza del consumo que ha favorecido a los bienes y que, actuado en detrimento de la mayoría de los servicios, originado por las restricciones en cuanto a la movilidad, ha influido notablemente en la variación del precio de todos los metales industriales.

El cambio de la oferta y la demanda

La pandemia ha generado una creciente demanda, pero se ha encontrado ante una limitada oferta, donde se ha roto la llamada cadena de suministros, abarcando todos los sectores.

Esto se debe a que las minerías se vieron obligadas a cerrar porque se convirtieron en un foco de Covid-19, causando una profunda caída en la producción, sumada a que la logística internacional tuvo que dejar de cumplir con sus funciones normales.

Todo ello ha traído como consecuencia que los precios de los metales se hayan revalorizado, sobre todo, en el caso del cobre, el cual es usado en demasía para el cableado eléctrico y también en el sector automovilístico.

El precio del cobre no se detiene, su potencial subida supera records inimaginables, llegando a los 15 mil dólares por toneladas.

Además de ello, existen factores que no se están considerando de manera objetiva, como son algunos cambios en el orden político en países que son grandes productores de cobre a nivel mundial.

En este caso, se pudiera mencionar a la nación chilena, gran productora de cobre, que está en miras de reformar su Carta Magna, la cual presupone la imposición de impuestos mucho más elevados en el orden minero, donde destacan las minas y específicamente el cobre.

Los más optimistas consideran que la situación que se está viviendo en el mundo por efectos del Covid-19 es “coyuntural,” y que para el momento que este aminore y desaparezca, renacerá un nuevo período y los servicios volverán a su normalidad en un tiempo perentorio.

Automóviles eléctricos

Otro factor a considerar en esta época de pandemia, es la transición hacia la llamada energía verde, la cual se relaciona con el cambio presidencial ocurrido en los Estados Unidos, que presupone el regreso al Acuerdo de Paris, donde el nuevo presidente expresó que se crearían unos objetivos para reducir emisiones, creando un ambiente más propicio para la manutención y crecimiento de infraestructuras, que tiendan a impulsar el sector y el área de automóviles eléctricos.

Esto significa que la transición energética es una señal positiva para todos los metales verdes, entre ellos: el cobre, el aluminio, la plata, el níquel y el platino.

Según el Director de Wisdom Tree, estos metales serán los encargados de impulsar la electrificación automovilística. Teniendo en cuenta que dicha transición cuenta con el respaldo de los gobiernos que invierten en infraestructuras y que apuestan a un enfoque creciente y más ecológico, referido al medio ambiente.

Ante esta perspectiva, el cobre se considera un metal fundamental, porque no solo es valioso y demandado en el sector automovilístico, sino que también es utilizado para generar el paso hacia energías renovables, entre ellas la energía eólica, la geotérmica y la infaltable energía solar.

En este sentido, la Golman Sachs considera que la demanda de este metal será de tal magnitud que propende a crecer en un 600% para el año 2040, colocándolo en un escenario base. Se ignora si para este descomunal aumento, las condiciones económicas en cuanto a la oferta y la demanda estarán preparadas para afrontarlo.

El encuentro del Rodio y el Iridio

En la actualidad, hay una revalorización que oscila entre un 15% y un 25% de los metales industriales que tienen más uso.

Esto ha traído como consecuencia algunos movimientos especulativos que, unidos a la aparición de la pandemia, han afectado de manera desproporcionada a pequeñas y medianas industrias, sin menospreciar a las grandes empresas que también han sufrido ante tal eventualidad.

Esta situación ha generado que metales como el rodio y el iridio, elementos de poca demanda en el mercado por ser los menos conocidos, han logrado elevar sus precios de manera sorprendente en porcentajes que van desde un 70% a 145%.

Esto se traduce en que existe una especulación sin precedentes, ya que estos metales solo se usan en pequeñas proporciones para algunos procesos químicos y como catalizadores de autos.

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